martes, 22 de junio de 2010

Arén recupera vestigios de su patrimonio histórico


Prames consolida los restos del castillo medieval, a instancias del Ayuntamiento
Dicen que los castillos son obras arquitectónicas capaces de sintetizar la evolución y la herencia mejor que ninguna otra. La provincia altoaragonesa es buena muestra de ello, además de ser un territorio donde se agolpan, sobre todo, infinidad de ruinas que permiten evocar prósperos tiempos pasados y hasta joyas que se conservan erguidas y con orgullo, perfectamente encarnadas en el castillo de Loarre.
Myriam MARTÍNEZ22/10/2006
ARÉN.- En la comarca de la Ribagorza, son innumerables los ecos que ha dejado la Edad Media, en forma de construcciones de piedras que siguen dominando los valles a pesar del paso del tiempo.Junto a la localidad ribagorzana de Arén, declarada Conjunto Artístico el 1 de julio de 1982, permanecen los restos de un castillo medieval, que aparece documentado en el año 823.A instancias del Ayuntamiento, la empresa PRAMES está trabajando en la consolidación y limpieza de estos vestigios, siguiendo un proyecto firmado por el arquitecto oscense José Miguel Ferrando.Durante la ejecución de los trabajos, se dejaron al descubierto los restos de una necrópolis medieval, en la que descansaban tumbas antropomorfas y trapezoidales, hasta un total de 153 entre los dos tipos.Montse Pérez, directora de Producción de PRAMES, explica que, al producirse el hallazgo, se dio parte a la Dirección General de Patrimonio, que concedió el permiso pertinente para comenzar una serie de excavaciones.Con gran minuciosidad, esta labor ha sido planificada y dirigida por la arqueóloga de Prames Beatriz Andrés, con el fin de evitar la pérdida de este valioso patrimonio y favorecer su conservación.Entre otras acciones, se planificó la construcción de una pasarela que debía pasar por encima de todas las tumbas sin alterarlas, y a ellas les debía acompañar una serie de paneles explicativos, que permita al visitante distinguir perfectamente las diferentes tumbas encontradas y conocer diversos aspectos del castillo.El etnógrafo y escritor José Luis Acín afirma que el de Arén “es de los pocos cementerios antropomorfos que se conocen en el Alto Aragón”, y destaca que además sobresale por sus generosas dimensiones.Acín asegura que otra peculiaridad de este enclave es el prolongado tiempo en el que las tumbas, superpuestas y no excavadas en la roca, estuvieron en uso. CONSOLIDACIÓNLos trabajadores de PRAMES comenzaron las obras de consolidación encargadas por el Ayuntamiento de Arén por el arco de lo que quedaba de la iglesia -en casi todos los castillos había una- y por parte de la muralla.Fue al desescombrar cuando comenzaron a aparecer los restos de la necrópolis, que se estima que estuvo en uso hasta prácticamente el siglo XVIII. Los últimos enterramientos, prácticamente, estaban intactos.De las excavaciones practicadas, salieron a la luz la planta de la iglesia, el ábside y el arco, una serie de elementos que han permitido apreciar que se trataba de una construcción bastante grande. “Eso da pie para pensar que no era la primitiva construcción, la primitiva capilla del castillo del siglo XI, cuando era habitual que se construyera la línea defensiva, sino que, por algún motivo, se derrumbó e hicieron una construcción mucho más grande, no sólo en cuanto a planta, sino también en cuanto a lo que es el arco”.Efectivamente, aunque está descarnado, el número de arquivolta, cuatro o cinco en degradación, resulta bastante elocuente.José Luis Acín observa, además, que el de Arén es uno de los castillos que con mayor frecuencia aparece citado, un dato que parece confirmar la importancia que tuvo en la Edad Media

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